jueves, 8 de enero de 2009

¿qué SOMOS?

¿Qué somos?

Dicen que ahora esa es la cuestión… bien, los tiempos cambian y facilitan las cosas.


Intenté aceptarlo sin cuestionar mucho el tema, pero no pude. No estoy de acuerdo, si mis tiempos no han cambiado; no me interesa que cambien si es para retroceder. Apoyaré siempre las revoluciones, las actualizaciones y renovaciones del mundo, siempre y cuando sea por un bien mayor, por crecer, por ser mejores, nunca las que contribuyen a una época de miedos y poco compromiso, las que son cómplices de una deshumanización de la sociedad.



“Old lady” fue su comentario ante mis expectativas del mundo, del amor y de mis estructuras sociales. Me despertó, estando en un mundo globalizado y que cada vez caemos más en su juego, pude saber que aún estoy dispuesta a luchar contra esta gran ola de conformismos, de resignación y de aceptar lo poco que el mundo comercial y hedonista nos quiera otorgar.

No será fácil, no ha sido fácil. He caído muchas veces en este juego, estaba dispuesta a aceptar lo que me tocara, olvidé mis sueños, lo que realmente busco y acepté lo poco que me daban. Olvidé quién era. Me enojé contra quienes me intentaban decir que no tenía por qué sacrificar tanto por tampoco, intenté aferrada demostrar que estaban en un error y que esto me hacía feliz. Aunque la principal lucha fuera contra mí por convencerme de algo que perfectamente sabía no era lo que había soñado.

Pero algo pasó, LA VIDA y no el MUNDO, me dejó ver que estaba aceptando migajas cuando podía ser FELIZ y conseguir lo que deseaba.

Entonces escuché; pongamos de moda la elegancia, luchemos por lo que soñamos, no caigamos en un mundo donde todo es desechable, construyamos relaciones profundas y duraderas aunque cueste, la recompensa ES MAYOR. 

Con pena descubrí como había abandonado mis sueños, mis convicciones, como de repente era portavoz de un mensaje que yo misma no apoyaba. Descubrí mi discurso conformista, resignado, sin deseos de luchar, cómodamente dispuesto a no luchar por no sufrir. No luches, no busques, no te cases, divórciate no pasa nada, no te gusta algo déjalo, no te canses en cambiar las cosas, busca algo más y cuando ya no sea lo que deseas ve a buscar nuevamente, prefiere la soledad antes que coartar tu libertad, no enfrentes si puedes salir huyendo… muchas cosas que no soy, que no busco, que no quiero y que no me hicieron ni me harán feliz.

Fuí rescatada de un naufragio donde ya había aceptado que así fuera, donde creí que ser feliz y tener lo que buscaba, que lo demás era de OLD ladies, que había que aceptar ser alegres y olvidarnos de ser felices. Hoy me alegro de ser llamada old lady, entonces ahí sigo, entonces no he perdido la batalla y aún tengo herramientas para luchar por lo que busco, lo que soy.

Entonces pienso en la nueva estructura de las relaciones humanas sentimentales, según me describían, ahora la pregunta es “¿qué somos?" Y pienso en la facilidad de quien cuestiona, de lo poco que se involucra y de la nula responsabilidad que quiere tomar en la relación.

A una old lady le piden que sea su novia, donde de antemano indica que el interesado quiere comprometerse, que desea que así sea y que está dispuesto a luchar, puesto que es algo que ÉL quiere, no así en un “qué somos” donde la otra parte es la que tendrá la responsabilidad, donde no me exige nada porque tú fuiste la que dijiste y no YO quien lo pedí. No hay contradicción si de repente yo creo que somos otra cosa y olvido lo que éramos…

Con razón decía el principito "los rituales son tan importantes".

Entonces sonrío al pensar Soy una OLD LADY y confirmo que no quiero estar en la moda, que no responderé un ¿qué somos? Puesto que hace mucho respondí ¿quién soy? Y eso hace que no acepte menos de lo que merezco. 

Lo anterior, no por soberbia o egocentrismos, sino porque entonces ayudaré a la otra parte a voltear hacia adentro y buscar lo mejor de sí para aportar a quien lo mismo está dispuesta a dar. Sin ofensas, sin rechazos de altanería, sino en búsqueda de que el otro olvide el QUÉ SOMOS y primero responda su ¿Quién soy?, que cambie sus preguntas por respuestas, que sepa su valor y no se conforme con menos.

Si ser una old lady significa que exijo ser valorada y tomada en serio, me alegro de serlo y si el tiempo cambia en estas cuestiones, no voy, no acepto esta modificación, siempre habrá quien viva en la misma época que yo. Aunque desde mi juicio no tiene nada que ver con la época, sino más bien con una campaña de “conformismo y resignación” de un mundo de medios “que por los resultados” sabemos NO posee la verdad, un mundo que padece la mayor depresión de la historia, no puede tener la razó, aunque ciertamente exige menos.

Esta época, tiene comodidad, tiene poco sacrificio, tiene muchas cosas, pero no la verdad, la verdad nos hará libres y NO podremos hablar de libertad si no somos capaces de saber quiénes somos; seremos esclavos de lo que dicte la moda, el mundo, sus masas y nuestros miedos.

El término que se quiera dar es lo de menos, lo importante es que no aceptemos lo poco que el mundo da, si siempre soñamos más, no creamos las falsas teorías de que eso ya no existe, por el contrario, seamos testigos de un mundo que aporta amplia tecnología y comodidades que facilitan SER lo que las old ladies soñaron y que nosotras podemos conseguir con menor esfuerzo, sin que eso implique dejar de luchar por alcanzarlo.

No te conformes con la alegría, sigue tu estrella y asume el riesgo de ser feliz. Y si yo caigo, no me preguntes qué somos antes de recordarme “quién soy”.

NO SOMOS DIOS, PERO SOMOS OBRA SUYA.