miércoles, 20 de enero de 2010

HIPOCONDRIA

No es un virus, pero puede contagiarse.

Después de enfrentar la Cardioesclerosis, hubo que conocer la hipocondría. Suele suceder que esta aparezca tras alguna fuerte enfermedad, dicen los facultativos.

Parece ser que el sorprenderte enfermo por largo tiempo te alerta para no caer de nuevo y todo resulta amenazante.

_Pues bien, estoy lista doctor. No se preocupe en decir lo que sea, finalmente ya lo hemos enfrentado en otras ocasiones _ Le dije muy segura al mirar cierto misterio en su rostro.

_HIPOCONDRÍA _Dijo mientras giraba la pluma que tenía en su mano _Sentir como propio el dolor ajeno, hacer tuyos los padecimientos externos… _Completó cuando vio mi cara de sorpresa y desconocimiento ante su nuevo diagnóstico.

_Esta enfermedad es significativa porque afecta la vida laboral, social u otras áreas importantes de la vida del enfermo. _Continuó en su explicación.

_De ahí que se diera tu cambio de hábitos, tu fragilidad inusual y claro, la búsqueda y deseo constante por sanar. De pronto pareciera que dejas de ser tú, en parte hay razón, pero también es cierto que sólo experimentas otras áreas de tu cuerpo y psique, que habían permanecido dormidas mientras no experimentabas el dolor o simplemente, aún no se desarrollaban.

No debes preocuparte, me atrevería a decir que es ANORMAL no padecerla después de lo vivido.

Sentirás el dolor ajeno, tendrás una vocecita que te instará a sanarlos. Tus viejos hábitos que solían mantenerte alegre, puede ser que en estas circunstancias te molesten o simplemente ya no los necesites y priorices nuevas experiencias.

Puesto que es un padecimiento que afecta a todos los aspectos de la persona; surgirá la necesitad de un conocimiento mayor, nada más sano que conocer nuestro cuerpo y sus reacciones, no hay nada que temer.

A menudo me encuentro con pacientes que presentan culpabilidad al enterarse de afecciones que fueron causadas por su mismo desconocimiento; impotentes de no haber actuado antes, deseosos de demandar al sector salud por no informar a sus agremiados a tiempo… _Lo dijo ya en un tono burlesco. 

 _Es entonces cuando los hago voltear a las paredes del hospital, seguir los medios de comunicación y escuchar con detenimiento las mismas pláticas cotidianas, suelen bajar la cabeza y reconocerse ausentes de su realidad todo el tiempo pasado.

Antes y ahora el mundo es el mismo, pero este es tu momento para que comiences a disfrutarlo _Me miró muy sereno y sonriente.

_Yo escuchaba atenta y dejaba terminar al doctor.

_Es tan normal esto que ahora presentas, que mira, tengo todo mi discurso armado, lo digo con bastante frecuencia, aunque no tanto como yo desearía, aun es importante el número de pacientes con enfermedades crónicas, como tú te encontrabas, menor que los que ya les han superado.

Siéntete afortunada, formas parte del “aun” selecto grupo de supervivientes, el temor de recaer o presentar otros males es bastante normal ¿no crees? _ Me miró fijamente como esperando conocer mis pensamientos, no pude argumentar nada, asentí con la cabeza y permití continuara su discurso. Sonrió con cierto aire de ternura y me dijo:

_ ¡No hay cura! esa es la buena noticia _ Lo dijo tan feliz y emocionado que me costaba entender a qué se refería, seguía atónita.

_Este es tu nuevo modo de vida, si así tú lo permites y no optas por volver a tu antigua enfermedad.

ESTAS VIVA Y TU CORAZÓN ESTÁ LATIENDO, aunque claro, como hemos escuchado de los grandes pensadores y nos lo han repetido todo el tiempo a través del cine  “el corazón y la razón” siempre deben estar en contradicción,  cuando estos se ordenan y cesa su lucha, creemos estar muriendo.

El dolor ajeno será tan tuyo que no te bastará vivir como antes,  demandaras una cura y existirá un impulso en ti que altera tu sistema nervioso y no te dejará estar en aquella antigua pasividad. De repente padecerás todos los males del mundo y ninguno de mis pacientes, hasta ahora, ha aceptado dejar que el mal siga avanzando sin intentar por lo menos detenerle.

Será cansado, te espera una vida de constante lucha. ¿Sabes cuántas enfermedades encontrarás allá fuera? ¿Imaginas lo que será enfrentarte a las incurables? Que en este punto de muchas se habla, pero créeme que en la mayoría; es la falta de coraje para enfrentarles, lo que las hace entrar en esta categoría.

Yo prefiero categorizarlas en las simples, que por lo general están asociadas a lo físico y que basta un oportuno diagnóstico para sanarlas y las complicadas, que…_ sonrío y movió la cabeza como asumiendo algo que prefirió no compartirlo_ Que sólo toman un poco más de tiempo.

No temas al cansancio, encontrarás pronto en el tu deleite, ya verás.

_Se levantó y fue hacia su armario mientras decía _No tiene cura pero siempre habrá algo que pueda ayudarte a superar las crisis _Sacó un paquete que parecía contener bolsitas plásticas y regresó a su lugar_ En estas bolsitas irás almacenando tus lágrimas, tan pronto como reúnas una cantidad considerable deberás traerlas, puedes recogerlas con algodón, tampoco se trata de que inundes el hospital _bromeó un poco con la escena y continuó.

_ Con ellas preparamos el antídoto.

_¿El antídoto? _ Manifesté con cierta sorpresa y duda.

_SI, cada lágrima que tu derramas, se encarga de reconstruir aquellas fibras coronarias que fueron lastimadas durante tu padecimiento, estas son administradas mediante nebulizaciones. El mejor momento de absorción es cuando tu sistema nerviosos se encuentra exaltado, porque tu respiración es más profunda, así que no temas cuando se presente.

Mira _explicó_ si aprendiéramos a aflorar los sentimientos ante los distintos males que padecemos, nuestro propio llanto evitaría las enfermedades, pero como lo habíamos comentado, mantenemos nuestro corazón tan lejos de la razón que esto rara vez sucede. Por eso tenemos que recopilar tus emanaciones oculares y emplearlas en el momento preciso.

La hipocondria terminará con tu muerte, es vedad, pero con el tiempo tu cuerpo logrará compaginar los procesos de razón y corazón, de tal modo que puedas prescindir del medicamento. Aunque en ese entonces, si así lo deseas, podrá tu llanto permanecer en el banco de lágrimas, donde al tiempo que permites reducir el dolor ajeno, encontrarás menos padecimientos externos y por lo tanto, tu hipocondría, aunque en ese momento será fulminante puesto que es progresiva, encontrará menores factores externos por los cuales padecer.

¿Sabes de qué se componen las lágrimas? _ Me preguntó como esperando dar una gran noticia.

 _De agua, supongo _respondí.

_Si, en parte por agua, pero también hay un alto contenido en GLUCOSA. Nunca lo olvides, tus lágrimas son dulces.

_Sonreí sin levantar la mirada _ Dr. No termino de asimilar lo que me dice, pero extrañamente me siento motivada. Es raro doctor, la condición humana es un misterio. ¿Qué pasará en los lugares públicos? ¿Sufriré a gritos los males de cada uno?

_Sonrió de nuevo_ No funciona así, de hecho es precisó la cercanía con los otros para padecerles. El “mal” consiste en tu necesidad de buscarles. Son tu mal y medicina. Curioso ¿no?

Anda, ve a casa. Tienes el mejor dolor del mundo “te duele el mundo” NO TENGAS MIEDO.

_Di las gracias y me levanté aun turbada.

_Ah!_ Dijo antes que cruzara la puerta_ Se me olvidaba, con la presencia de HIPOCONDRÍA, tu expediente vuelve al casillero de DONADORES.

_Sonreí profundamente si entenderlo del todo, rodó la primera para antídoto.

Y aquí estoy, en espera de ver multiplicarse mi padecimiento. De ser invadida. El corazón aún no articula del todo sus movimientos con la razón, pero van logrando un andar acompasado.

HIPOCONDRÍA: Sentir como propio el dolor ajeno, hacer tuyos los padecimientos externos… Mi Doctor la padece de mucho tiempo atrás, lo entendí con el tiempo, y espera ansioso un mundo de hipocondriacos.

La transfusión...

jueves, 14 de enero de 2010

TRABAJA EN PAZ...

Mira cuanta confianza te tiene esa mujer… me vio y fue a saludarme con ese comentario. Alegró mi espíritu con sus palabras y aún más, saber que me recordaba.

Tiempo atrás me había enseñado a degustar la vida y a apasionarme por la comunicación, a encontrarla en lo cotidiano. A ver, a escuchar, a gustar y disfrutar de todo, porque en todo había un lenguaje superior a la palabra.

No entendía que nos limitáramos, que nos bastara un idioma en un mundo tan majestuoso. Era un alma libre, esas que sólo consiguen los grandes, los que logran contemplar la magnitud de esta vida.

Sus comentarios siempre alentadores, motivantes, demandantes. Quería sembrar en sus alumnos el deseo de más. Veía en la juventud, el tesoro del tiempo para crecer. Sabía tanto y veía en nosotros la posibilidad de superarle en mucho.

Recuerdo su calma, su paz, la seguridad y fe en la persona, sabía el arte de AMAR y lo transmitía en todo, sin darnos cuenta.

Admiré el modelo académico de mi alma mater, nunca entendí cómo lograban formar personas libres, responsables y con un sentido altamente humano. Desde mi primer semestre vi la transformación que comenzaban a generar en mí, pero no entendía de dónde provenía o cómo se alcanzaba; de cualquier forma mi admiración era amplia.

Después, ya en 6to semestre, comentó “a falta de gente honrada, hicieron a su apà alcalde” Ahí supe que había sido durante su rectoría que se genero este modelo de educación y entendí mucho de lo que para mí, hasta ese entonces, era un misterio. Bastaba verlo para notar su sabiduría y su compromiso por la formación.

Al final del semestre convocó a RETIRO, iríamos a las cabañas de su familia, sin duda eso éramos, formó una gran familia en cada uno de sus alumnos. El llevaría las cervezas, después entendí su sabiduría. Fue un gran día, me tocó viajar en su carro, hubo tiempo para compartir lo cotidiano. Recuerdo que cuestioné temas que me hacían ruido en ese momento y deseaba una mirada que me ampliara mi criterio, no recuerdo con certeza lo que hablamos, sólo ese momento que para mí era de “ahora o nunca”.

Mi ensayo final iba a acompañado de mis libros, pensó que eran suyos y puso su nombre en la caratula, después manifestó su confusión y ganó valor mi libro con su nombre de puño y letra. Sabiamente me dejó un gran presente. Se le perdió otro de mis libros, mi preferido, sin darme cuenta me dejó hacerle un regalo. Ahora intento “analizar ese discurso” lo agradezco y me emociona un poco.

Festejamos, la comunidad, sus 50 años de la misión que había decidido emprender con gran fuerza. Lo encontraba en la misa de los miércoles. Lo veía con su paso, corto y seguido, por los pasillos de la universidad. Aún escucho su voz clara y firme. No consigo imaginarlo frágil, débil, su paz era demasiado fuerte, creo que no conocía el miedo.

Siempre fue libre porque eligió atarse, con fuerza y sin titubear, a su misión.

Hasta hoy, no era consciente de lo que representaste, RAUL. TE vamos a extrañar, aunque sigues presente; sabiamente supiste dejar tu vida en nosotros. Vivirás en CADA UNO, intentaremos hacerlo muy vivos, muy conscientes, como tú lo hacías.

Te veo ahí, con tu firmeza esperando el turno para hablar con Dios y escuchar la nueva encomienda. No puedo pensarte inerte, tienes demasiada vida “el espíritu vivifica” ya no podía contenerte este mundo.

Irás a interpretar un mensaje superior, harás una revolución en el cielo, estoy segura.

También dijiste que si alguien quería tu plaza, te ibas. Sé que eso haces, nos quieres ver activos. Sin duda muchos la queremos, pero nadie podrá llenarla.

No puedo terminar con un DESCANSE EN PAZ, estoy segura que seguirás trabajando. TRABAJA EN PAZ, me ofrezco colaboradora en este mundo.



Muchas gracias RAUL HÉCTOR MORA LOMELÍ SJ.
-Flor-

http://www.biblio.iteso.mx/biblioteca/noticias/raul_mora/  y despuès de todo esto, te olvidaremos.


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miércoles, 13 de enero de 2010

Muertos de frio

Aparentemente nada ha cambiado, pero el ánimo no es el mismo. Lo noté en mí, creí que era amenaza de volver a mis antiguas depresiones. Aumento el consumo de chocolate e intento luchar contra mi deseo de sufrimiento, finalmente sé que es sólo eso lo que hace la diferencia, desear cómodamente ser víctima del mundo.

Continúo mi rutina, me concedo ciertos pensamientos nostálgicos mientras reorganizo mis actividades con “los otros”, aún siguen siendo OTROS, pero deseo que este año sea el del encuentro real, el de comunidad que llame a la constante actividad, a no tener tiempo que perder, a sentir el mundo y no nostalgia.

Mi preocupación cesó un poco al notar cierto desánimo general, entonces me alienta saber que no soy yo, que no estoy cayendo; las condiciones naturales y sociales están favoreciendo este estado y nada más. La solución es más simple, incluso aporta actividades a mis días; luchar contra el desaliento, ir contracorriente y ser más feliz, más, que no sea sólo para mí, que la pueda compartir.

Mi temor se ve aliviado, pero además, alentado por un nuevo ánimo de crecimiento, de estar viviendo. Hay realmente grandes pérdidas, pero no en detrimento. Grandes pérdidas de SEGURIDADES que no hacían más que atarme y no dejarme ir hacia adelante.

Lágrimas en cualquier momento, necesidad de los otros y de compartir. El resultado bastante alarmante, distinto a todo mi expediente de casi 25 años.

_Debo haber envejecido, no hay duda _ pensé

¡¿Pensé?! Qué estoy diciendo? ¿Será que también eso comienza a suceder en mi cabeza? En fin…sigamos.

Esto es lo que comúnmente pasa cuando se llega a una edad avanzada “demencia Senil” _Me diagnostiqué con cierta burla y picardía.

Mmmm… envejecí. Mi próximo cumpleaños en el segundo mes de este 2010, festejará un cuarto de siglo en el mundo. Raramente mi espera no es alimentada por la emoción de regalos o la fiesta; tengo ganas de no hacer nada, de contemplar mi vida, el mundo, lo que me rodea, lo que soy y lo que deseo ser. ES RARO, pero así es, no puedo volver a aquella emoción exaltada de los años anteriores, soy feliz en mucha paz, no hay prisa de nada, me sobra mucho de lo que anhelé tanto tiempo y me falta mucho más lo que nunca creí necesitar.

Entre tanta melancolía y calma, también llegué a la conclusión que dejé de ser fuerte, perdí mi autoridad, mi perfeccionismo, mi no necesitar y saberlo todo. ¿Qué pasó? ¿A dónde se fue o a dónde me he ido? ¿Por qué todo aquello que me permitió ser la que soy, hoy sobra? Lo vivido todo este tiempo me hizo muy feliz, me permitió alcanzar grandes cosas, me describía plenamente, no era contrario a mi naturaleza, pero hoy esta debilidad tampoco va contra mí…

Alguno de los dos estados debe estar en gran error ¿O será que esto es la vida? Que lo que ayer nos venía bien hoy sale sobrando, que el cambio es tan notorio porque esta vez estoy más atenta a lo cotidiano, pero que siempre fue así…

Débil, rechazando la soledad, fomentando la comunidad, necesitando de otros, llorando por simplezas, aceptando el mundo y no en su contra…. Debería estar aterrada, por lo menos eso sería normal, pero me emociona y espero ansiosa lo que esta nueva etapa recreará. No tengo miedo al cambio, a lo nuevo y desconocido, me cautiva el misterio, estoy ansiosa.

Asumí ser débil y disfrutarlo. Ya muchas batallas libré sin derramar lágrimas, sin sentir dolor, sin mirar atrás. Ya estoy aquí, tal vez  puedo salir a respirar el viento, a ser libre y sentir. Tal vez llegó a su límite mi llanto contenido. Quizás es esta la antesala que advierte sobre los últimos años de preparación y demanda que sean intensivos. Ja, me reúso a pensar en la posibilidad de ya estar preparada, me doy cuenta, pero me permitiré engañarme un poco.

“25 años” De niña siempre pensé que eran muchísimos y veía muy lejano cumplirlos. Hoy, no desmentiría a esa niña, 9125 días han aportado muchas experiencias a mi vida, han formado mi compleja razón, me han mostrado un mundo real que no se detiene pese a los intentos, ni se termina con los tropiezos; más nunca imaginé que habría que llegar a este punto para poder iniciar a conocer el corazón.

Si 25 años me ha tomado interpretarme, crear mis definiciones y formular mi teoría; deseo comenzar cuando antes a estudiar el corazón, sé qué es el posgrado, ese que exige salir al campo de acción, ese que sólo se puede entender en la práctica… y yo que creí que todo este tiempo había sido para entender al sentimiento, yo que esperaba una respuesta en libros y deseaba consumirlos todos... con ternura reconozco mi error. La vida tiene sus tiempos, aunque intentemos forzarlos. 

Hoy asumo el riesgo de mi VIDA, será complejo, pero no tengo miedo, este (miedo) era necesario para frenar la razón, sin duda un sabio regulador de la naturaleza humana, mis nuevos días no le necesitan.

…por eso el frío de estos días, por eso estamos llenos de niebla, por eso nos sentimos solos. Estamos muriendo de frio, nos estamos desprendiendo de una era y no nos damos cuenta, por eso queremos no estar solos y al tiempo huimos de todos, es el duelo inconsciente que vivimos y nada más.

Tal vez no estamos muertos de frio, tal vez es el frío el que está muriendo, el corazón comienza a templarse.

lunes, 11 de enero de 2010

¡Por la de buenas que me lo encontré!

Después me enteré que es un personaje reconocido en el pueblo…

Para mí, era el día del primer encuentro con él y tendría que hacerlo con maestría.

“por la de buenas que me quedó este trago, si no me hubiera muerto de la cruda” comentó en su torpe caminar de madrugada al acercarse al coche donde acomodábamos el equipaje para salir de viaje. Instintivamente conteste, con sarcasmo y seriedad, dirigiéndome a mi papá: “no cabe duda que Dios nunca nos abandona” y reí abiertamente, aunque me escondí un poco al ser consciente de mi irreverencia. Dejé que mi papá saludara al “afortunado” vagabundo. Cruzaron dos tres palabras, nos bendijo y siguió su camino.

Me dejó pensando en su optimismo, aún quedaba gracia navideña en el ambiente.

Ser merecedor de un poco más de alcohol y no padecer la cruda es sin duda, una bienaventuranza para la vida de este pobre alcohólico, seguramente de no tan avanzada edad, pero que su calidad de vida lo hace verse desmejorado.

Lo que para mi había sido “las mejores fiestas navideñas” llenas de familia, amigos y felicidad a montones, para otros nada cambió, salvo que quizás existiera un poco más de licor en casa y un tanto menos de culpa, por justificarse en las fechas.

Yo, como si no hubiera sido bastante mi regalo navideño, madrugué para el esperado viaje en familia, para continuar las risas y empezar en plenitud el siguiente año. Él, “el Güey” como el mismo se dice, se empeñaba en no contradecir nuestra emoción familiar y encontrar en su situación lo mejor por que brindar y eso sólo podía ser “el trago que le quedó”.

Me pregunto qué lo llevó a ese estado; no es agresivo como otros que muestran su rencor al mundo y con ello la respuesta al por qué de su vicio. Este es amable, le gusta platicar, comparte su trago… pero bebe desmedidamente. Será que su dolor es tanto que ya no puede sentir ni rencor siquiera, será que su realidad siempre fue esa, que el alcoholismo fue la herencia de su padre, que prefiere evadir una vida responsable hundiéndose día a día en el alcohol… no lo sé, pueden ser todas o puede ser ninguna.

Dicen que a menudo pasa, lamentándose en voz alta “otra vez anda borracho el güey” en un lamento aparentemente incongruente y falso, pero que no me atrevería a juzgar.

Después nos reímos de tan ameno personaje y su “gran suerte” al quedarle un trago y no morir de la cruda, pero en mi risa no se va el recuerdo, algo deja pendiente en mí. Confío en que mi inspirado comentario fue escuchado, aunque fuera producto de mi sarcasmo y no de mi buena voluntad, que Dios no lo abandone y le conceda muchos tragos que queden en su casa, pero que no sea necesario beberlos, que el nuevo año que comenzó con tan “buena suerte” guarde reales regalos a su vida, que su alegría pronto sea felicidad.

¡Por la de buenas que me lo encontré! Iniciaré mi 2010 con su buena suerte y su optimismo.