sábado, 20 de agosto de 2011

Ofrezco disculpas...

Maldita sea esta bendita distracción. No se puede escribir cuando se siente, ya has venido a complicar mi blog.
Pido disculpas a mis seguidores y paciencia me conceda Dios. No puedo materializar con dos o tres palabras lo que aún no resuelvo en mi interior.

Escribí primero
“Por qué ahora, por qué de esta manera, no lo sé, no tengo ninguna respuesta, sólo te has vuelto la razón de mi distracción, el motivo de mi sonrisa y mi “no importa” mi querer volver a querer, mi desear arriesgar y enfrentar el miedo que me aterra. El motivo para enfrentar a aquellos que sé que se opondrán y el gusto compartido con aquellos que sé, nos sonreirán…”
Luego otra idea, nuevos recuerdos y escribí

“Hoy que duermo pensando en ti, que despierto y me pregunto cómo estarás, que quiero llamarte y me detengo por no tener derecho. Hoy que quiero saber de ti, me cuestiono por qué, si al fin de cuentas mi vida no precisa de nadie y mucho menos se detiene a preocuparse por un casi extraño que nunca ha requerido de mi….”
Y así, seguí comenzando y borrando, nada me gustó, nada concluí y aquí estoy, peleándome con las letras, sacando mi violencia por no saber de ti.
Que irónico que otra vez mis letras se distraen, mi vida se armoniza y mi miedo duda en detenerme… Otra vez, quién iba a pensar que ellos tan formales, se dedicarían a  ese tan informal que es el amor…algo así rezaba Benedetti, hoy no me pidan memoria, que la sangre está en el corazón.
Disculpas a mis lectores, piedad un poco por detenerme a sentir.

¡Llorar de nuevo, después de tanto creer que ya no había más lágrimas, después de tanto no querer sentir! ¿Por qué contigo?¿por qué frente a ti?
P.d. Alguna vez leí que sólo se escribe lo que se está dispuesto a olvidar, tal vez por eso no logro escribir. O mejor dicho, NO QUIERO, te quiero a ti.