domingo, 31 de julio de 2011

De los campos de trigo…

Esos campos de trigo, los que inundan el alma, los que siempre tienen algo que contar, esos que pese a la propia voluntad, arrebatan una sonrisa cómplice que refresca el corazón, porque en sus tonos dorados ( que para todos no dicen nada) aquel zorro domesticado no puede ver más que  un pequeño príncipe de cabellos color de espiga .

Creo que el corazón va perdiendo su ceguera con el tiempo, que los años siempre aportan y sólo restan lo que sobra, lo que ya no es, lo que está sin vida. 

Hoy después de tanto recorrer la misma ruta, vi por fin mis campos de trigo…

Ante el impulso de la prisa, llegó el instinto de protestar por mi velocidad truncada, por tener que parar un momento. Algo me detuvo, algo detonó en mi rostro un sonrisa… 

un tren es la oportunidad del tiempo, el privilegio de estar ahí, de vivir un momento en paz, para mi, con vida. 

Sólo eso, sólo removió un recuerdo.

Después seguí mi camino y otro tren me detuvo, ahí mi sonrisa se tornó carcajada y tu nombre se hizo presente. Me recordaba un momento, no eran simples vagones obstaculizando el camino… me hicieron reír y pensé en los campos de trigo, en aquellos que guardan a un principito. Me sentí feliz, y es que siempre se consuela uno, descubrí mi campo de trigo, ese que te conserva y te recuerda, ese que sin saberlo o sin quererlo te llama a mi memoria. 

Entre suspiro y voz alta pronuncié “nos tocó el tren” y me sentí doblemente bendecida y doblemente afortunada, así disfruté el momento, sabiendo que la vida es eso “momentos”. Momentos de espera, momentos con paz, momentos contigo y sin ti, pero en los que de alguna forma aún estás.

Me siento afortunada y agradecida por aquel tren que por una coincidencia pasó y tatuó un recuerdo. Hoy cada tren y cada vía que cruzo trae a mí un pensamiento. “Nos tocó el tren” “Nos tocó el tren”

Hoy no estás presente, pero te conserva y es imposible para mi decir “me tocó el tren”. Tal vez mi orgullo quisiera decir “me tocó el tren” y verlo pasar y enojarme y protestar por el tiempo perdido, como lo hacen todos los que el mismo tren obstaculizó su camino, pero es imposible; te conserva, habla de ti en cada vagón y en cada segundo en que los demás pierden su tiempo.

“Nos tocó el tren” una misma ruta con dos bellos recuerdos.  Nos tocará el tren en distintos modos, en distintas partes, pero habrá un recuerdo. Que nos toque el tren en cada vía a donde nos lleve el tiempo. 
Aunque no habitemos, la expresión será plural y el recuerdo compartido.

Los trenes me recuerdan algo, ya no me ponen triste. Me emocionan, me hacen sonreír por que hiciste para mi, algo tan común que para muchos es en contra, un bello momento. Que no terminen los trenes, que no acorten las vías, que se crucen por los caminos y en los recuerdos.

“Que nos toque el tren”


Los campos de trigo no me recuerdan nada. Y eso es triste ! Pero tú tienes cabellos color de oro. Entonces será maravilloso cuando me hayas domesticado ! El trigo, que es dorado, me hará recordarte. Y me agradará el ruido del viento en el trigo...
El zorro se calló y miró largamente al principito:
- Por favor... domestícame ! – dijo.(Antoine De Saint, El Principito)

viernes, 15 de julio de 2011

Cáncer en el corazón

De aquella cardioesclerosis han habido algunas recaídas, su tratamiento oportuno salvó mi vida, pero no pudo impedir el nuevo diagnóstico.

Cuando el universo conspira y se nace con esta tendencia, todas las células son inundadas. Se van fortaleciendo con el tiempo, hasta que el diagnóstico es infalible. Después de tantos tratamientos sin acertar cuál era la real enfermedad y de analizar cada célula de mi ser; mi inseparable doctor me dijo:

_Te tengo noticias, buenas o malas, según como quieras verlas.

Estos años de estar monitoreando tu salud y cada uno de los análisis realizados, hoy nos han permitido tener claro tu padecimiento. Como habíamos platicado, efectivamente es por cuestiones congénitas. Desde tu nacimiento ya estabas programada para enfrentar esta situación tarde que temprano.  De hecho, por todo el historial clínico, realmente tus síntomas se manifestaron muy pronto, desde aquellos primero malestares de tus siete años, sólo que en ese entonces, los consideramos sin importancia porque era la primera vez y no sabíamos que se repetirían con tanta frecuencia, ni que serían tan similares entre uno y otro.

No quiero asustarte, te noto atónita, me recuerdas aquella cardioesclerosis, nuevamente te has quedado sin palabras.

_No doctor, estoy bien, usted mejor que nadie sabe que los hospitales y nuevos diagnósticos ya son parte de mi cotidiana vida, más bien estoy… expectante. Quiero dejarlo terminar para saber de una vez por todas, las novedades que guarda para mí la vida.

_Muy bien, me alegro que así sea.

Pues bien, la primer manifestación fue a los 7 años, el tiempo y tu juventud hicieron que pasara sin mayor problema, después tuvimos aquella extraña recaída de los 18, caso muy normal por tratarse de un cambio físico y mental que provoca que tus células se desconcertaran un poco, tus cuatro meses de atención fortalecieron tus defensas, fue una lástima que le abandonaras sin mayor razón, pero entiendo que fue una decisión sin mayores fundamentos, propia de tu inexperiencia, creyendo escapar del dolor y los riesgos.

Reconozco que aquí debimos habernos alertado, había elementos para reconocer los síntomas, pero un poco de tu terquedad y mi respeto a tus decisiones; impidió que realizáramos el estudio hasta sus últimos resultados.

_El doctor dio vuelta al expediente y siguió leyendo, en algunas cosas sonreía y movía la cabeza, aunque no daba mayor importancia, después, se detuvo.

_ A ver… aquí hay otra señal ignorada: 2006, a tus 21 una recaída que parece haber sido la más agresiva, esto se da sólo cuando tu o tus células,  se empeña en provocar un tanto a este padecimiento. Nuevamente fue en situación de cambios, al parecer tu padecimiento se acentúa en momentos de crisis, esto tendrás que tenerlo muy en cuenta si no quieres ser vulnerable.

Reconozco que tus células son frágiles a las recaídas, pero fuertes ante el carcoma.

Esta, aunque parecía la recaída más peligrosa, fue superada con inusitada rapidez.

_Levantó la cara y mostró una amplia sonrisa entre admiración y orgullo, como si se embelesara por el coraje de mis células.  Después volvió los ojos a la tabla que sostenía aquel largo historial de 26 años de vida.

_continúo consultando esa tablilla que parecía resguardar mi historia de vida.

_Mmm… aquí fue, aquí tus células te traicionaron o simplemente se dejaron seducir por su naturaleza y el destino que se había escrito en su ADN, ¡2007!

_Se frotó la barbilla como intentando sacar mayores conclusiones, para luego continuar hablando para sí mismo

_ Crisis, estrés, cambios, contradicciones, cortisol y dopamina... un tanto extraño para cualquiera, no tanto siendo tu.

_ Levantó la mirada y con voz enérgica se dirigió a mi

_Pues claro, esto para mi debió haber sido tan obvio que no sé si disculparme por mi negligencia o culparte por distraerme tan bien para salirte con tu decisión de recaer como vicio, como si en esto encontraras algún tipo de placer. ¡No lo sé!

_ Yo lo miraba absorta, finalmente estaba frente al monólogo de mi doctor, así era como él se respondía sus diagnósticos.

_Ante mi hermetismo, continuó

_Aquí, tu manipuladora forma de convivir con tus células dio rienda suelta y mandó de vacaciones al sistema inmunológico. Favoreciste las condiciones, disimulaste los síntomas hasta estar segura de estarlo padeciendo. Confabulaste con tu código genético y cumplieron su cometido. Y lo peor de todo es que tu estado mejoró. ¡Insólito!

Pues bien, afortunadamente, tu congénita tendencia es a padecerlo pero benignamente, por eso es que advertí que podrían ser buenas o malas noticias, según tu parecer.

Entraré en materia para que nos vayamos entendiendo:

La transformación maligna de las células normales consiste en la adquisición progresiva de una serie de cambios genéticos específicos que actúan desobedeciendo los fuertes mecanismos antitumorales que existen en todas las células normales. _ Aquí sonrió otra vez, tal vez con su última palabra encontró respuesta el mismo, movió la cabeza y dijo:

_Claro, esto sólo ocurriría en las células NORMALES

_ Recalcó su frase como si ahí habitara el misterio.

Enfin _continuó mi doctor_ Estos mecanismos incluyen:
* La regulación de la transducción de señales.
* La diferenciación celular.

Aspectos que me queda claro, ni tus células ni tú, están interesadas en acatar. “La transducción de señales”, vuelvo a los mismo,  ni tus células ni tú por lo visto están interesadas en aportan un tantito para que así sea y la "diferenciación celular" lejos de ayudar a separar y evitar los males, ¡parece que les atrae misteriosamente!

_Dejó el expediente en el escritorio, cruzó los brazos, se reclinó un poco sobre su silla y me dijo:

_No sé si sepas mas o menos de qué te hablo, pero te lo diré claramente. Estos trastornos celulares son conocidos como “cáncer”.

_No sé si hubo una pausa o yo sentí que el mundo se había detenido, después de un rato comencé a escuchar alguna voz a lo lejos y poco a poco volví a estar en ese consultorio. Sentada, frente a mi doctor y con actitud despreocupada; aunque ya para este momento, era más forzada para intentar guardar las apariencias, en verdad necesitaba escuchar más, así que pedí al doctor que se explicara mejor.

_Si, lo tuyo es cáncer. Como sabrás, hay apariciones benignas y malignas, he de reconocer en que tus constantes cuadros, sólo el más fugaz pintaba para volverse agresivo, pero tu sabia naturaleza supo responder en su contra.

Continuaré explicando un poco más de la enfermedad, si me permites.

El cáncer, se clasifica según el tejido a partir del cual las células cancerosas se originan. En tu caso lo positivo fue que se originó en el corazón. El corazón no multiplica sus células, finalmente sólo bombea y mal aconseja a quien se deja _ lo dijo con un poco de ironía para conmigo y con una sonrisa medio dibujada, continuò.

Tu cáncer está ahí, enraizado por alguna razón, en tu corazón, pero es benigno y no hay riesgo de que haga daño, porque tus células se limitarán a cumplir su función de alimentar tu vida.
No es conveniente intentar arrancarlo, sería peligroso y se podría hacer daño al corazón, sólo nos servirá para entender algunas reacciones en tu cuerpo, ciertas atracciones aparentemente sin razón hacia este padecimiento y nada más.

De aquí se explica tu intento de recaída en 2009, pero ahí la prueba de tu afán por disfrutar del peligro. Tienes un nivel de placer un tanto extremo, ¿no crees?

_Sonreí y de alguna manera venían a mi muchas respuestas que preocupaban mi vida. Mientras mi inconsciente se tranquilizaba, voces en mi cabeza repetían como intentando alarmarme “Cancer en el corazón” pero lo cierto era que ante un diagnóstico, por tanto tiempo buscado, me sentía liberada. Como si todo fuera a ir bien, como aceptando esta naturaleza de mi ser y haciendo las paces con mis células rebeldes, aunque siempre fieles a su ama. 

Por fin hablé:

_Después de todo no es tan malo ¿no doctor?. Tenemos una razón a mis males y con esto, las respuestas para enfrentar lo que venga, que de acuerdo a mi historial, que tan puntualmente fue recordando, me atrevería a asegurar que se seguirá repitiendo. 

_Aquí me interrumpió el doctor

_Mmmm no, además de todo lo benigno de tu padecimiento, está en que por haber detonado hace 4 años, lo más probable es que en este tiempo tu cuerpo ha creado las defensas y ha ido debilitando a estas células rebeldes, por lo que de acuerdo a las investigaciones, tu vulnerabilidad al cáncer, terminará a más tardar en un año.

Son sólo 5 años los que monitoreamos a los pacientes y esto sólo para garantizar que no recaigan, puesto que tu salud parece hoy estar tan bien, ya puedes ir despidiendo tu cáncer. Aunque bueno, conociéndote, te empeñarás en retenerle, eres necia como tus células.

De cualquier manera, este cáncer en el corazón, es el que te ha hecho seguir viviendo. De aquella falsa cardioesclerosis, lo mejor fue que te sometiste al tratamiento y hoy sabemos que tu corazón no sufría por dureza, sino por su obstinado empeño en seguir creciendo.

No lo quitaremos, no se irá, pero tu seguirás viviendo. ¡Cáncer en tu corazón! Es extraño, pero cuando sucede, es conveniente conocerlo. Mira, al final jugó con todos, se disfrazó de mil formas y no era más que un corazón ensanchado.

Deja que tus células decidan si eliminan o conservan a su fiel compañero. ¿no?

_asentí con la cabeza, le di la mano al ponerme de pié y respondí

_El Tiempo… que defina el tiempo.


Notas del autor:

Ningún médico puede estar completamente seguro de que el paciente que atiende se vaya a curar. Las posibilidades de una persona dependen primordialmente, de lo temprano que se haya descubierto la enfermedad, pero también del tipo de cáncer, pues algunos son más agresivos que otros. Otro factor que interviene es la condición física del paciente; es muy importante que su forma física sea buena, y la disposición hacia su enfermedad, ya que debe afrontarla y ayudar con su estado de ánimo a curarla.

Antecedentes: