Así que eso es lo que
pasa… entonces no queda más que aceptar la nueva presencia tal vez, o quién
sabe, a veces es mejor así.
Siempre podremos oponernos a
darnos cuenta de la realidad, pero si somos valientes y lo aceptamos, tal vez el
resultado sea mejor o más fácil, o menos complicado por lo menos.
Siempre hay síntomas, los queramos
ver o no. Pero cuando estos son constantes o demasiado notables, no queda más
que dejar de huir y reconocer lo que está pasando.
Huir… lo escribo porque siempre
será una posibilidad, más segura y por lo tanto demandará menos. Porque
quedarte implica aceptar lo incierto, la vulnerabilidad de ir a conocer lo que
apenas se asoma y por lo tanto, viene cargado de miedo.
Retomando, cuando el sintomático dice TE
QUIERO, Sin tiempo para más, habiendo reunido los elementos que consideró
necesarios; te pienso, más de lo normal, sin que pueda saber realmente cuánto
es lo normal permitido para pensar a alguien en estos días de prisa, pero más
de lo normal y quiero verte...
Entonces,como ecuación exacta,
no hay duda, el diagnóstico aparece ¡TE QUIERO!