viernes, 13 de marzo de 2015

Sintomáticos

Así que eso es lo que pasa… entonces no queda más que aceptar la nueva presencia tal vez, o quién sabe, a veces es mejor así.

Siempre podremos oponernos a darnos cuenta de la realidad, pero si somos valientes y lo aceptamos, tal vez el resultado sea mejor o más fácil, o menos complicado por lo menos.

Siempre hay síntomas, los queramos ver o no. Pero cuando estos son constantes o demasiado notables, no queda más que dejar de huir y reconocer lo que está pasando.

Huir… lo escribo porque siempre será una posibilidad, más segura y por lo tanto demandará menos. Porque quedarte implica aceptar lo incierto, la vulnerabilidad de ir a conocer lo que apenas se asoma y por lo tanto, viene cargado de miedo.

Retomando, cuando el sintomático dice TE QUIERO, Sin tiempo para más, habiendo reunido los elementos que consideró necesarios; te pienso, más de lo normal, sin que pueda saber realmente cuánto es lo normal permitido para pensar a alguien en estos días de prisa, pero más de lo normal y quiero verte...


Entonces,como ecuación exacta, no hay duda, el diagnóstico aparece ¡TE QUIERO!

¿Crees en las segundas oportunidades?

Las  segundas oportunidades no son para todos, hay que buscarlas, a veces antes que desearlas. Solo buscarlas y luego… luego ya no hay marcha atrás; tiene que ser, porque si esta vez te llenas de miedo, no habrá vida que disculpe tu indecisión.

Ve, está ahí, lo pusiste frente a ti aún sin saber lo que hacías. Si hubieras sabido tal vez no lo buscas, pero a veces son las almas y la vida las que conspiran y rescatan del pasado lo que tu razón dejó partir.

Tiene toda la magia de lo improbable y a veces hasta de lo imposible, pero está ahí, tan dificultosamente a la mano que te da miedo dar el último salto.

Quieres dejar de verlo, cierras los ojos, das la vuelta, tapas tus oídos… no escucho, no veo ¡me distraigo! pero aunque luches, nunca podrás ocultarte de ti…esa otra parte de ti.  


Tal vez solo hay primeras oportunidades, que simplemente nunca dejaron de ser...puede ser. 

jueves, 12 de marzo de 2015

Del camino…

Estoy en medio de dos mundos totalmente opuestos, en la batalla constante por fundirse sin erradicar las diferencias. Es una batalla, lo repito, no guerra, en la guerra siempre hay un vencido y vencedor, la complejidad de este asunto está en que no me interesa saberme vencedora ni ver a otro mundo vencido.

Siempre, no, tal vez no siempre. Ahora considero que las batallas se conquistan en conjunto y la guerras se pierden por ambas partes, en solitario.

De guerras ganadas puedo hablar sin titubeos, el mundo siempre te aplaude…EL TRIUNFO lo llaman. Solo que no te hablan del silencio, de la soledad y lo que sucede cuando el aplauso termina, cuando el orgullo no es suficiente y la realidad te muestra con cara serena…el recuento de los daños.

No hay nada ganado, estas solo y hay más heridos. Algunos preguntan ¿no te da miedo? Ja, miedo, miedo mis guerras ganadas, mi tiempo perdido.

El engañoso mundo de la razón ganando la guerra al corazón… el corazón conquista, no pelea.

Por eso mi insistencia en caminar contra corriente, en respirar profundo el viento que inunda los pulmones cuando se llega a la cima, cuando se conquista una batalla y mi repentino y rotundo NO cuando de guerras me hablan, con promesas de triunfos que no me saben a nada, o  quizás sí, pero es amargo, cala.

Todo tiene su momento, hay que ganar guerras para desear conquistar batallas, para que no nos deslumbre el oropel que nos ofrecen por oro, para que el tesoro deseado se reconozca en lo profundo más que en lo aparente inalcanzable.

Las conquistas no tienen fin, implica un camino de todos los días, no hay descansos o vacaciones merecidas, hay solo convicciones, deseos profundos de no querer parar. 

La conquista es el viaje, las guerras solo pueden ver el destino.

El destino, de repente me inquieta el destino, me hace apresurar el paso, también lo olvido.

A veces me lo recuerda la falta de aire, otras veces la tempestad de vitalidad que me hace saborear el camino…así se vive entre mundos, aprendiendo, conociendo…viviendo.


Y si los mundos se separan, si el camino se torna distinto, de cualquier manera…lo importante es el camino.