miércoles, 29 de septiembre de 2010

Para amar en tiempos de guerra…

Soy culpable, culpable del peor delito y la mayor culpa. De intentar arrancarte tu inocencia y tu bondad, , tu admirable costumbre de pensar con el corazón.

No debí anteponer mi fría realidad, mi falta de ilusión o mi miedo a la ignorancia. No debí darte mi percepción del mundo si al final de cuentas no te hace falta conocerla y si algún día la necesitas, la vida misma habrá de forjarte la coraza para sobrevivirlo.

Me cuesta quedarme en silencio cuando percibo un mundo voraz que no perdona. No puedo ocultar mis traumas por un pasado que sacudió mis ilusiones y consumió mis lágrimas.

Tal vez porque tarde se comprende que a veces los otros tienen razón y que hubiera servido no comprometer tanto sentimiento en un mundo que exige fuerza y temperamento. Que pide amar en tiempos de guerra y para eso hemos de estar preparados.

Me da miedo que tu nube no resista alguna de sus balas, que la noche está pronta y tú no sabes que hace falta abrigo, más doy gracias al cielo porque aún tienes corazón de niño. Porque algunos nacen sabiendo que el mundo es muy duro y tú, tú te enojas cuando incito tu mente a esta realidad.

Tienes todo el derecho de hacerlo, no termines tu paz si la vida te ha rodeado de cielo. No cambies tu sonrisa por preocupaciones de un mundo que muere. Si Dios en ti ha escrito con puño suave, no leas mis letras de malos trazos y gritos.

Pero tengo miedo y me duele mucho, porque cuando niño uno se levanta y corre a consolarse, pero siendo adulto… no sé si se pueda, no sé si aún sea tiempo para levantarse.

A veces me enojo, por intentar contarte de una vida dura y que exige trabajo. Otras tantas siento que debo alertarte y no importar tu enojo o tu llanto. Decir que ames en tiempos de guerra, que no huyas de la realidad porque el dolor puede alcanzarte y entonces... no es fácil.

El amor existe. En un mundo roto sólo el amor hace poder levantarse. Veo el amor tan grande que aún en las calles, llenas de soldados o gente cobarde, sigue cohabitando y exige coraje.

Nada es verdad, olvida mis frases, siempre ha habido guerras y obvio nunca es tarde.