miércoles, 13 de abril de 2011

Hoy es uno de esos días…

Hoy es uno de esos días en que todo marcha bien, en que todo es como nunca. La rutina del trabajo, las felicidades espontaneas y el diario devenir de las horas hacen pensar que todo es NORMAL. Pero luego, al llegar a casa, sientes algo, no sabes qué, buscas saciar tu apetito, pero “no es eso” vas hasta el televisor y prefieres no encenderlo sabes que “no es eso”, buscas el facebook o cualquier página de entretenimiento comunitario y nada te sacia. De repente… tienes ganas de llorar, tu cuerpo se contrae, sientes ese dolor interno de huesos y una sensación extraña, que para tu desdicha es más común de lo que quisieras.

Entonces quieres llorar, por todo o por nada, sólo quieres llorar, pero no puedes. Olvidas que ya gastaste la cuota de lágrimas. De repente, instintivamente, comienza la nostalgia y lo llamas o mejor dicho lo reclamas. Él tendría que estar aquí, debería abrazarte y decirte que te quedes o, por lo menos, verle con intensiones de extrañar.

Seguro es el viaje, piensas, siempre me pasa eso cuando voy a viajar, ese replantear tu vida, por si no regresas, preguntar si es posible no volver, si tu vida está en orden, si él no te debe nada, o si tu diste tu parte…si ya todo está resuelto.

DEMONIOS, ¡qué estoy pensando! ¡ a qué año se remonta mi mente por un simple nerviosismo pre-viajero!. ¿Por qué he de necesitar que alguien me extrañe? ¿por qué he de despedirme de lo que veré en 15 días? ¿ por qué no ser feliz y nada más? ¿por qué no convencerme de estar plena? ¿por qué tener miedo de ser feliz sin él, sin esto o sin aquello?.

Sólo hemos de SER, finalmente somos, aunque nos empeñemos en fragmentarnos, en dividirnos o en lloriquear subterráneamente mientras ponemos una actitud de; todo está bajo control, el éxito es parte de mí, no me hace falta nada.

Hoy es uno de esos días en que casi caes, que te asusta saber que deseaste llamarlo con el vago deseo de que a él le interesaran tus penas. Doy gracias a mi incansable orgullo que tiene muy claro que no ha de quebrarse, que todo marcha y hoy es mejor que ayer y mañana será mejor que hoy. HOY…hoy es uno de esos días que … que ya nada vale la pena decir.

La sensación contraída se ha ido, escribir siempre relaja, yo no llame para buscarte ni tu tuviste que pasar por la penosa situación de quien no entiende un vago arranque de emocionalidad femenina y nerviosismo general.

Hoy es uno de esos días en que… Nada, iré a dormir.















viernes, 1 de abril de 2011

Cuando la historia pertenece a seres que ya no existen



…me pregunto si tiene sentido seguir recordando. 

Parece haber miedo a vaciar aquellos archivos, como si no se quisiera borrar la esperanza ¿esperanza de qué?  ¿ En quién? o ¿Para quién? Si la historia ya es pasada y los personajes quedaron en los instantes de aquel tiempo. Si este hoy no encuentra tiempo para hacer memoria o sentir lo que ya no siente. 

Tenía esperanzas, o más bien deseos, de que hoy hubiera algo especial, como si la magia existiera y cada fecha guardara su esencia, o como si tuviera una. Hoy supe que no, que el pasado es historia y que hoy es sólo esto; lo que hay, lo que vivo y no espero o desconozco, lo que se escribe en el camino y no en los cuentos. 

Cuentos... todos merecemos uno y sin duda lo vivimos, pero sólo uno. Después eres bienvenido a la realidad, nada vuelve a suceder como lo esperaste. Todo es un misterio que te obliga a resolverlo a diario. 

Guardé este día para hablar de amor y me di cuenta que mi mente tiene prioridades y mi corazón aún no tiene argumentos. 

Hoy, contrario a otros días como hoy, mi vida escribió otra historia. Espera otros proyectos y piensa en el 2+2 del mundo.

Hoy no fue ayer, porque ayer estaba muy lejos de ser hoy.
Hoy me atrevo a poner un punto a las páginas inconclusas, no importa su final. Hoy pensaré en mañana, pero siempre será hoy.