Yo me pregunto si el corazón canta, o si por lo menos es regla para todos. Me responden algunas almas que van por ahí gritando, como queriendo que todo el mundo escuche. Me cuestionan otras que no tienen tiempo para cuestionarse. Dudo cuando veo corazones que lloran y que distan mucho de poder cantar. Me respondo cuando me detengo y mi respuesta es siempre una pregunta…
Entonces me interrumpo y vuelve a sonar esa voz en mi cabeza “ahí donde el corazón canta”, pero desconozco el lugar y creo que mi corazón carece de toda armónica tonada. Ahí, donde mi corazón cante… no sé si tendré fuerzas para llegar. Quisiera pensar que ya he llegado, que mi cansancio fue por el camino, pero que pronto habrá acordes que nacerán de muy dentro y no habrá necesidad de luchar por la supervivencia.
Ahí donde mi corazón canta, ahí quisiera ya estar. Ya no puedo motivarme con los que me alientan con su gritar, ya no puedo conformarme con saber que aún no le he visto llorar. Llorar, si por lo menos pudiera hacerlo, tal vez ese lugar estaría ya cerca. Tal vez por eso lloran otros, tal vez pronto encontrarán. Pero yo, sin canto y sin llanto, qué sentido tiene mi andar.
Mi sentido no lo encuentro, por ahora quisiera no tener que despertar. Estoy cansada y aún no visualizo el final. No hay camino y el futuro, el futuro si es que existe tendrá pronto que empezar.
Eso es todo, “ahí donde el corazón canta” y yo que no sé cantar…