Alguna vez leí que el concepto de
amor es base para la experiencia de amor de cada persona. Vaya ud. a saber si
esto es cierto o simple argumento literario, pero si a mí experiencia preguntan,
les diría que tal vez tengan razón. Bajo los mismos argumentos,
experienciales, me atrevo a hablar de
amores a primera vista y de historias destinadas o todas esas cosas que solemos
ver en las comedias románticas.
1er. Acontecimiento – Razón y
corazón en el combate.
Si, ya le cuento. Mi necio
corazón luchaba por convencerse que no era cierto todo eso que veía en el cine,
esos amores de historias felices, al final solo alimentaban mi alma, pero estábamos
muy ciertas, mi razón y corazón femeninos, que el amor era otra cosa. Toca
decirlo o este mundo te condena.
Claro, argumentos racionales,
pero que a nadie engañan, no por mucho tiempo por lo menos.
Si mi corazón disfrutaba esas
historias era porque en el fondo esa trama buscaba. La deseaba aunque en voz
baja, casi inaudible para que la lógica no interviniera con regaños intentando
adoctrinar el genuino conocimiento de esos amores profundos. Tan profundos que
merecen ser contados en el cine y en las plazas de los pueblos, desde norte
hasta el sur y por cualquier continente, si, aún a miles de kilómetros...el amor
sucede.
Digo sucede porque también eso he
abonada a mi concepto de amor, cada vez me sorprendo a mí misma desafiando mis
más fuertes argumentos de un amor estructurado y dentro de la razón.
En vano nos desgastamos
escribiendo la teoría de lo indecible, de lo que simplemente su-ce-de, aún que
no nos demos cuenta. Hasta me atrevo a decir que es casi ley que para que
suceda, es preciso no darse cuenta, solo así no estorbamos al motor del mundo,
solo así dejamos que el universo conspire y los momentos precisos, aparezcan.
Momentos… es por momentos que
alma, corazón y vida, convergen. Es ahí cuando entonces no hay forma de ir en
contra del destino.
Pero si ya se ha hecho todo para estar, aún sin darnos
cuenta, sería imperdonable salir huyendo.
2do. acontecimiento - Cuando las
cosas…suceden.
Nadie huyó, aún aquella vez en
que mi razón/corazón preguntaban quién eras, qué pasaba o qué era aquello. Si, así
era mi pregunta ¿qué es esto? no tenía nombre, no estaba en ninguna de mis
planeaciones previas, era distinto, arrebataba el momento, se imponía a cualquier
dominio de razón.
Solo era y punto. El universo me parecía mostrar lo que tanto
deseaba y temía, temía porque, como decía Agustín de Hipona, vive el alma evitando aquellas cosas por cuya apetencia muere.
De cualquier manera, aun no era el momento, no podía
recibir lo que no sabía qué era, no era incluso aun lo que esperábamos y quizás
por eso, solo una luz se mostró, como anunciando el futuro.
Esa rendija por
donde la vida se muestra en un parpadeo, pero que difícilmente identificamos y
solo se descubre si volvemos al punto de convergencia.
Si tus años de lucha se orientan
y alinean con tu otra parte, si es así, ese pequeño destello encandilante,
llegará al nuevo momento y lugar en el que mostrará su estrella, la que guardaba
en misterio, la que había que conquistar, pero que siempre fue SU estrella.
3er. Acontecimiento - La conquista
La conquista es atreverse a
cruzar la luz resplandeciente, dejar que queme o envíe a un mejor
lugar. Sin riesgos no hay triunfo que valga.
Lo corrimos, o por lo menos yo
corrí a la luz sin saber qué iba a encontrar, solo sabía que lo vi antes, que
nuevamente me encontraba en la antesala de aquello que me marcó y esta vez no
iba a quedarme lejos, esperando, dejando que la vida pasara.
Esta vez sabía que había vuelto y
eso ya no regresa, no en esta vida.
Era ahora o nunca y corrí, corrí segura de cruzar el túnel,
de llegar al fondo sin importar qué fuera… caminaste entre la bruma, dudando,
con recelo, claro, no todos tenemos alma suicida, pero caminaste, eso hizo la
diferencia.
Esta vez llegamos, cruzamos la
línea y no nos vimos de lejos, tocamos la luz, como quien salta y no teme ya al vacío, solo espera
llegar a fondo y conocer el misterio.
4to. Acontecimiento - El misterio…
El misterio es la vida, pero en mis historias, los finales
son felices, con algunas dificultades, pero solo para no dejar caer la película.
Lo importante al final de cuentas, es que la mejor comedia, sea la tuya.