martes, 22 de marzo de 2011

Sobre tu piel

La pienso y no escribo nada, mi mente divaga en una nube de imágenes y recuerdos. Me detengo de escribir, como si temiera abrir aquella caja de pandora, me enojo conmigo y deseo no reprimir mis emociones,  no jugar a quien sólo sabe que dos más dos son cuatro.

Podría escribir mejor un discurso o algún teorema, quizás, todo con tal de no volver al sabio delito que es recordar, pero no quiero, no debo dejar pasar mis letras y sobre todo ese aire de ilusión que se niega a abandonar mi vida.

Si, lo pensé y aunque inicié hubo que borrar todo, después, me llené de valor y escribí mi titulo, el que estaba en mi cabeza, del que quería hablar y del que ahora inteligentemente intento complicar para no llegar a lo sencillo, a lo que simplemente... se siente o nace.

Escribir sobre tu piel, aunque la segunda interpretación sería más completa, me limito a escribir sobre lo que de ella pienso o siento, ¡si! es mejor atribuir a este sentido lo que incita. No he encontrado otra igual, tal vez muchas otras más suaves, mejor cuidadas o más jóvenes, pero ninguna es igual ni tampoco suficiente.

Tu piel es… única, invita a sentirla, a disfrutar de ella en paz, con tiempo para contemplarse. Tiene profundidad, como profunda y suave, pero al tiempo su toque de asperidad, su temperatura cálida, si, eso también es importante, es todo y es tan de nadie.

Es extraño, hay ciertos caprichos que mis gustos suelen darse, que para todos son locura o insignificancias, pero a mi provocan algo; por lo menos una sonrisa cómplice de un placer extraño, que se esconde en esa nada que para mí es bastante: Los panes duritos que quedan en la capirotada, los rines de determinado coche, las mañanas de los pueblos, una tarde de lluvia, un día de soledad…tu piel.

Escribir sobre tu piel, por qué no, si tan sólo al verla provoca sensaciones en mí, si una fotografía la describe tan bien, si ni siquiera es preciso tocarla para entender… Entender, tal vez estoy en un error, tal vez esto no diga nada y tu piel sea o no importante, pero quería escribirlo.

Extraño, raro y sin sentido tal vez, como esas pequeñas cosas que suelo albergar en mi memoria y que me rescatan cuando ya no logro ayarme. Tu piel… sobre tu piel quería escribir, qué extraño, me alegro que estas cosas pasen.