domingo, 8 de mayo de 2011

Un buen hombre…


Hace tantos años que, mi corazón ya resuelto, no precisa recordar aquellos días. Hoy sin duda es igual que ayer, todo transcurre en calma, más de la que tú o yo _sobre todo yo_ hubiéramos esperado.

Sentada, platicando del presente y todo lo que hoy no duele, vino a cuentas aquel tema, del que por cualquier motivo llegó a nuestra conversación sin importancia, pero esta vez no era plática contigo, ni siquiera pensé en mi respuesta pasada, sólo platicaba y llegaste. No sé si consciente o inconsciente, repetiste en tu respuesta… mis palabras. Las mismas que hace años negabas, hoy fueron tu discurso.

No hice ningún comentario ni gesto, lo asumí sin importancia, pero repetiste el argumento. No quiero pensar que fue con maña, prefiero creer que tú ya no recuerdas nada, que fue un comentario sin importancia. Finalmente tu opinión también cambia y tal vez hoy, sin importar mi respuesta pasada, hoy piensas como yo en aquella plaza.

De repente me cuestiono si pretendías encontrar cualquier señal en mi cara, o algún argumento que evidenciara que aún recuerdo cada día y nuestras pláticas. Pero no, no es así, yo ya no lo recordaba, vino a mi mente al escucharlo doblemente en tus palabras. Sólo eso, tampoco quiero pensar que tu esperabas yo lo notara, prefiero creer que soy yo la que busco discursos ocultos, la que aún de vez en cuando…extraña.

Pensar que tu lo haces consciente me viene a remover el alma, no lo quiero aceptar, aunque bien sabido tengo que tu estrategia es perfecta, que no recuerdas por nostalgia, sino por simple disfrute de saberte poderoso con una simple palabra.

Quiero quedarme con esto, con no darle gloria a tu maña, con verme fuerte y tranquila, segura de no recordar más nada.

Un buen hombre … compartimos un concepto, de lo demás ya no hay nada.