viernes, 18 de septiembre de 2009

Certificado de NO intelectualidad

Cuando alguien trata conmigo por primera vez; cree que soy intelectual, de altos niveles de exigencia y con agudo sentido de la estética. Suelen recomendarme libros abstractos, conciertos de ópera, lugares de densa información o cualquier temática que sea asociada a “grandes pensadores”.


Me da mucha risa. Quienes me conocen, saben que soy el ente más popular que puedan encontrar. Que disfruto los tianguis, el centro, la música de banda, el mariachi y la apariencia simple alejada de las planchas y secadoras. Saben que me rio como loca ante los comentarios simples, tontos o sarcásticos. Que mi risa es tal que hace brotar mis lágrimas, que mi carcajada no es modulada en lo más mínimo. Que leo constantemente poesía o novelas; que permitan evadir mi realidad o psicología; que aporte a mi búsqueda desesperada de autoconocimiento.


Saben que me molestan los sitios VIP. Que me da lo mismo ver una película en el cine o una copia pirata en el monitor de la computadora con doblaje español. Que como carbohidratos abundantemente sin pretender ocultar un cuerpo imperfecto. Que me ridiculizo y burlo de mi misma porque me divierte divertir. Que siempre he afirmado que lo fino me saca ronchas y no lo he podido comprobar porque nunca he tenido nada con esta denominación. Que me gusta saber, sólo para poder demostrar a uno que otro ególatra que no es tan valioso como pensaba. Que me enamoran los hombres inteligentes, pero que sólo los encuentro en tal categoría cuando me hacen reír de simplezas.


Que me encanta aprender frases populares llenas de sabiduría, algunas como dichos y otras que surgen durante las pláticas que escucho en el camión, el tianguis, la calle... Que me resulta impensable gastar mis 15nas en ropa, que conservo ropa y zapatos desde los 15 años o más tiempo atrás.


Que adoro los pueblitos y sus comidas simples con tortillas recién hechas. Que odio las grandes cadenas hoteleras y me encanta viajar por carretera con limitado presupuesto. Que me vinculo entre los dos mundos sólo para favorecer una mirada objetiva y saber dónde quiero estar.

Que amo la radio por el contacto con la gente, no por la fama. Que odio la TV porque su contenido es ofensivo al intelecto de cualquier persona, no porque yo sea “culta” o “intelectual” y entrecomillo los términos; para evidenciar el sarcasmo que encierran. Que odio hacer tv porque no soporto TENER QUE SER bonita, flaca y con la ropita perfecta para poder estar a cuadro.


Que no entiendo este mundo de competencia por humillar a la mayor parte de personas. Que no soy hippie porque me falta valor para liberarme de muchas cosas superfluas que forman parte de mi vida y porque no necesitamos ser hippies para disfrutar de la vida sin caer en el juego de este mundo de estrés.



Acepto mi responsabilidad por haber intentado mostrar una imagen de niña perfecta, intelectual que saca 10`s y por haber ocultado a como diera lugar cualquier error o desconocimiento que hubiera en mi.
Los responsabilizo por creer mi imagen y no indagar en la también evidente realidad de mi simpleza.


Me gusta aprender; lo hago constantemente porque mucha ignorancia visualizo aún en mí.


Soy sólo una persona que apuesta por lo sencillo y que no pretende formar parte de los exitosos infartados. Me gusta ser rara, pero soy más común de lo que desearía. A veces desearía ser más común, pero el común no tiene tiempo para vivir.
Tengo una cuenta de ahorros en números rojos, una tarjeta de crédito con poco disponible y extrañamente, no me falta casi nada.

Es este pues, mi certificado de NO intelectualidad, así que basta de creer mi posturita de “eres inferior a mí” es un simple recurso que atemoriza y esconde el temblor de mi fragilidad.

No hay comentarios: