martes, 29 de septiembre de 2009

Y yo mi pequeño príncipe, cuánto te habré hecho llorar…

Mi corazón se encuentra reducido a su mínima capacidad, pero al mismo tiempo es como si llenara todo mi ser y quisiera salir de mi insuficiente cuerpo.

No dudo que todo conocimiento llega a nosotros cuando es necesario y por lo general llega después del sufrimiento; sólo para inundar el alma y hacernos reir con llanto y llorar a carcajadas. Sólo para decirnos animosamente AÙN ES TIEMPO y para luchar contra nuestra desalentadora voz, de: OJALÀ LO HUBIERA SABIDO en aquél momento, AHORA YA ES TARDE.

No es tarde, lo sé, nunca lo es.
 Siempre podremos ver todos los amaneceres y atardeceres que nos permitamos ver, siempre podremos cambiar la cara de la moneda para ganar al azar, pero no sé si aún es SIEMPRE.

Jamás se sintió una Flor tan comprendida, jamás había logrado comprenderse ella misma y de repente, todo es tan claro, tan evidente al corazón y no así para los ojos.

Tienes razón mi pequeño príncipe, valió la pena la domesticación y las cosas ordinarias toman irremediablemente sentido en ti.

Todo fue tan complicado, porque como todos los adultos; lo compliqué. Porque no quise detenerme a dibujar un cordero, porque no confiaba en mis capacidades artísticas y no quise asumir el riesgo.


Porque no quise domesticar al zorro, porque sabía que me haría llorar. Porque domesticar era crear lazos y esos afectan en ambos sentidos.

Perdón mi querido pequeño príncipe, no te di la oportunidad de ser domesticado por tu Flor. Te privé de la dicha de encontrarla diferente a todas porque era tuya, porque tú la habías cuidado, porque la Flor se olvidó de toser y mostrar sus pétalos vulnerables al viento. Porque la Flor no quiso ser diferente y al sentirse observada con el corazón, se perdía entre todas para no ser encontrada, para no ser responsable de ti y no fueras responsable de ella.

Gracias mi pequeño príncipe, porque has sabido mostrar en un pequeño cuento, la que soy y la que al mismo tiempo dejé de ser.

Gracias porque al final no me queda claro si soy la Flor o el Príncipe. No sé si temer a los corderos o buscar a la serpiente que me permita despojarme de esta pesada armadura y volver a MI PLANETA.

Preguntaste ¿Es que no es cosa seria averiguar por qué las flores pierden el tiempo fabricando unas espinas que no les sirven para nada?

Si, la respuesta es SI. Es cosa muy seria averiguar por qué lo hacemos y cosa absurda seguirlo haciendo cuando has sido tan franco en tus palabras .



TU encontraste tu Flor y yo la hice parecer un “adulto razonable”
…Si tan sólo tuviera lágrimas!

P.D. te confieso algo; soy tan débil y tan frágil y sólo tengo 4 espinas para defenderme contra todo el mundo!!!

ANTOINE DE SAINT
•Las personas mayores nunca pueden comprender algo por sí solas y es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicaciones.
•Poniéndome a su altura, les hablaba del bridge, del golf, de política y de corbatas. Y mi interlocutor se quedaba muy contento de conocer a un hombre tan razonable.
•Cuando el misterio es demasiado impresionante, es imposible desobedecer.
•Pero nadie le creyó a causa de su manera de vestir. Las personas mayores son así.
•Querer un cordero es prueba de que se existe
•Son así. No hay por qué guardarles rencor. Los niños deben ser muy indulgentes con las personas mayores.
•Pero nosotros, que sabemos comprender la vida, nos burlamos tranquilamente de los números
•Era una vez un principito que habitaba un planeta apenas más grande que él y que tenía necesidad de un amigo…"
•Es posible, en fin, que me equivoque sobre ciertos detalles muy importantes. Pero habrá que perdonármelo ya que mi amigo no me daba nunca muchas explicaciones. Me creía semejante a sí mismo y yo, desgraciadamente, no sé ver un cordero a través de una caja.
•Los baobabs, antes de crecer, son muy pequeñitos.
•tratándose de baobabs, el retraso es siempre una catástrofe
•—¡Un día vi ponerse el sol cuarenta y tres veces!
•Si un cordero se come los arbustos, se comerá también las flores ¿no?
•Entonces, ¿para qué le sirven las espinas?

•—¡No te creo! Las flores son débiles. Son ingenuas. Se defienden como pueden. Se creen terribles con sus espinas…
•—¡Hablas como las personas mayores!—¡Lo confundes todo…todo lo mezclas…!
•Conozco un planeta donde vive un señor muy colorado, que nunca ha olido una flor, ni ha mirado una estrella y que jamás ha querido a nadie. En toda su vida no ha hecho más que sumas. Y todo el día se lo pasa repitiendo como tú: "¡Yo soy un hombre serio, yo soy un hombre serio!"… Al parecer esto le llena de orgullo. Pero eso no es un hombre, ¡es un hongo!
•Y si yo sé de una flor única en el mundo y que no existe en ninguna parte más que en mi planeta; si yo sé que un buen día un corderillo puede aniquilarla sin darse cuenta de ello, ¿es que esto no es importante?
•—Hace millones de años que las flores tiene espinas y hace también millones de años que los corderos, a pesar de las espinas, se comen las flores. ¿Es que no es cosa seria averiguar por qué las flores pierden el tiempo fabricando unas espinas que no les sirven para nada?
•—Si alguien ama a una flor de la que sólo existe un ejemplar en millones y millones de estrellas, basta que las mire para ser dichoso. Puede decir satisfecho: "Mi flor está allí, en alguna parte…"
•Lo tomé en mis brazos y lo mecí diciéndole: "la flor que tú quieres no corre peligro…
•Pero aquella había germinado un día de una semilla llegada de quién sabe dónde, y el principito había vigilado cuidadosamente desde el primer día aquella ramita tan diferente de las que él conocía.
•Aprendí bien pronto a conocer mejor esta flor.
•pero la flor no acababa de preparar su belleza al abrigo de su envoltura verde.
•¡Ah, era muy coqueta aquella flor! Su misteriosa preparación duraba días y días. Hasta que una mañana, precisamente al salir el sol se mostró espléndida.
•El principito adivinó exactamente que ella no era muy modesta ciertamente, pero ¡era tan conmovedora!
•—Yo nos soy una hierba —respondió dulcemente la flor.
•"Miedo a las corrientes de aire no es una suerte para una planta —pensó el principito—. Esta flor es demasiado complicada…"
•De esta manera el principito, a pesar de la buena voluntad de su amor, había llegado a dudar de ella. Había tomado en serio palabras sin importancia y se sentía desgraciado.
•"Yo no debía hacerle caso —me confesó un día el principito— nunca hay que hacer caso a las flores, basta con mirarlas y olerlas. Mi flor embalsamaba el planeta, pero yo no sabía gozar con eso…Aquella historia de garra y tigres que tanto me molestó, hubiera debido enternecerme".
•“¡No supe comprender nada entonces! Debí juzgarla por sus actos y no por sus palabras. ¡La flor perfumaba e iluminaba mi vida y jamás debí huir de allí! ¡No supe adivinar la ternura que ocultaban sus pobres astucias! ¡Son tan contradictorias las flores! Pero yo era demasiado joven para saber amarla".
•Y cuando regó por última vez la flor y se dispuso a ponerla al abrigo del fanal, sintió ganas de llorar.
•—Adiós —le dijo a la flor. Esta no respondió. —Adiós —repitió el principito. La flor tosió, pero no porque estuviera resfriada. —He sido una tonta —le dijo al fin la flor—. Perdóname. Procura ser feliz.
•—Sí, yo te quiero —le dijo la flor—, ha sido culpa mía que tú no lo sepas; pero eso no tiene importancia. Y tú has sido tan tonto como yo. Trata de ser feliz. . . Y suelta de una vez ese fanal; ya no lo quiero.
•—Será necesario que soporte dos o tres orugas, si quiero conocer las mariposas; creo que son muy hermosas. Si no ¿quién vendrá a visitarme? Tú estarás muy lejos. En cuanto a las fieras, no las temo: yo tengo mis garras.
•—Y no prolongues más tu despedida. Puesto que has decidido partir, vete de una vez. La flor no quería que la viese llorar: era tan orgullosa...
•Ignoraba que para los reyes el mundo está muy simplificado. Todos los hombres son súbditos.
•—Exactamente. Sólo hay que pedir a cada uno, lo que cada uno puede dar —continuó el rey.
•La autoridad se apoya antes que nada en la razón. Si ordenas a tu pueblo que se tire al mar, el pueblo hará la revolución.
•—Si Vuestra Majestad deseara ser obedecido puntualmente, podría dar una orden razonable.
•"No hay la menor duda de que las personas mayores son muy extrañas",
•que nunca en su vida había renunciado a una pregunta una vez que la había formulado.
•tenía sobre las cosas serias ideas muy diferentes de las ideas de las personas mayores
•—Yo —dijo aún— tengo una flor a la que riego todos los días; poseo tres volcanes a los que deshollino todas las semanas, pues también me ocupo del que está extinguido; nunca se sabe lo que puede ocurrir. Es útil, pues, para mis volcanes y para mi flor que yo las posea. Pero tú, tú no eres nada útil para las estrellas...
•Es una ocupación muy bonita y por ser bonita es verdaderamente útil"
•Cuando quieras descansar, caminarás... y el día durará tanto tiempo cuanto quieras.
•"Es el único de quien pude haberme hecho amigo. Pero su planeta es demasiado pequeño y no hay lugar para dos..."
•—Tengo también una flor. —De las flores no tomamos nota. —¿Por qué? ¡Son lo más bonito! —Porque las flores son efímeras.
•Y el principito partió pensando en su flor.

•—Tengo problemas con una flor —dijo el principito.
•—¿Los hombres? No existen más que seis o siete, me parece. Los he visto hace ya años y nunca se sabe dónde encontrarlos. El viento los pasea. Les faltan las raíces. Esto les molesta.
•Y los hombres carecen de imaginación; no hacen más que repetir lo que se les dice... En mi tierra tenía una flor: hablaba siempre la primera... "
•Si ella viese todo es to, se decía el principito, se sentiría vejada, tosería muchísimo y simularía morir para escapar al ridículo. Y yo tendría que fingirle cuidados, pues sería capaz de dejarse morir verdaderamente para humillarme a mí también... "
•Comienzo a comprender —dijo el principito—. Hay una flor... creo que ella me ha domesticado...
•Los campos de trigo no me recuerdan nada y eso me pone triste.
•—Por favor... domestícame —le dijo.
•Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. Lo compran todo hecho en las tiendas. Y como no hay tiendas donde vendan amigos, los hombres no tienen ya amigos.
•Pero si tú vienes a cualquier hora, nunca sabré cuándo preparar mi corazón... Los ritos son necesarios.
•Son como el zorro era antes, que en nada se diferenciaba de otros cien mil zorros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo.
•—Son muy bellas, pero están vacías y nadie daría la vida por ustedes. Cualquiera que las vea podrá creer indudablemente que mí rosa es igual que cualquiera de ustedes. Pero ella se sabe más importante que todas, porque yo la he regado, porque ha sido a ella a la que abrigué con el fanal, porque yo le maté los gusanos (salvo dos o tres que se hicieron mariposas ) y es a ella a la que yo he oído quejarse, alabarse y algunas veces hasta callarse. Porque es mi rosa, en fin.
•sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos.
•Es bueno haber tenido un amigo, aún si vamos a morir. Yo estoy muy contento de haber tenido un amigo zorro.
•—El agua puede ser buena también para el corazón...
•—Las estrellas son hermosas, por una flor que no se ve...
•—Lo que más embellece al desierto —dijo el principito— es el pozo que oculta en algún sitio...
•"lo que veo es sólo la corteza; lo más importante es invisible... "
•"Lo que más me emociona de este principito dormido es su fidelidad a una flor
•¡Comprendí entonces lo que él había buscado!
•—Pero los ojos son ciegos. Hay que buscar con el corazón.
•Pero yo no estaba tranquilo y me acordaba del zorro. Si se deja uno domesticar, se expone a llorar un poco...
•—Cuando te hayas consolado (siempre se consuela uno) estarás contento de haberme conocido
•"Las estrellas me hacen reír siempre"
•—¿Sabes?... mi flor... soy responsable... ¡y ella es tan débil y tan inocente! Sólo tiene cuatro espinas para defenderse contra todo el mundo...
•Pero miren al cielo y pregúntense: el cordero ¿se ha comido la flor? Y veréis cómo todo cambia...
•¡Sean amables con él! Y comuníquenme rápidamente que ha regresado. ¡No me dejen tan triste!

2 comentarios:

c. gabriel dijo...

Ramita diferente, ya te leí ahora sí pa que veas.... supongo que lo de diferente es porque para tu príncipe así lo eres, diferente, una Flor domesticada (que apenas se da cuenta que tiene que dejarse domesticar).... Pues en resumen, tú te quedas con la Flor y yo con mi Principito. Tu piensas en espinas, corderos y dejarse domesticar mientras yo sigo pensando en mi Principito..... Y al final de cuentas los dos pensamos en el Principito... tú en el tuyo y yo en el mío.... pero los dos en lo mismo: amar, aprender a ver sin ojos, sacar el niño que aún está en nosotros y cuidar a nuestra flor.... Está bien el Principito, pero me quedo con MI Principito...

Ramita Diferente... dijo...

no te encanta EL PRINCIPITO, pero me encanta tu comentario :P
ta bueno pues... cada quien y su pincipito :D