viernes, 24 de julio de 2009

cArta III

No quisiera seguir con estas letras. Desearía frenar mis pensamientos, para no atemorizarme de tu consecuencia en mí, pero no lo consigo.

Estás en todo y antes ni te pensaba. No he de negar que creas un muy buen efecto, todo se vuelve mejor, disfrutable y con cierto toque de complicidad, pues guarda un poco de ti… Sólo sonrío, te pienso, te platico e imagino lo que podría ser.

Ayer decidí que ya no quiero más tiempo futuro o probabilidad, comenzaré a nombrarte como ese mi presente. No quiero perpetuar la “posibilidad” por miedo al fracaso de visualizar los hechos. Sé que guardas algo muy mío y quiero conocerlo, yo lucharé por conocerlo, si no lo consigo, si nuevamente mi inmadurez me obstaculiza manifestar lo que siento, lo aceptaré, pero no tengo miedo, acepto lo que venga, pero dejo en claro que espero que quien venga seas tú, a mí, conmigo.

Sabes cuánto hablamos cuando estoy en calma, cuánto te abrazo en mi interior, cuánto deseo aportar a tu vida, cómo me preocupa no corresponder a todo lo que eres... Siempre me he valorado, pero hoy quisiera más, más para dar, más para dar-te.

Te sonríes, lo sé, soy una niña en muchos aspectos aún o quizás sólo me escudo en serlo para no asumir lo que soy, pero creo haber caminado lo suficiente para enfrentar nuevas cosas junto a ti. Seguiremos creciendo, pero creo que lo haremos mejor si nos complementamos. No sabes cómo te admiro y quisiera aprender tantas cosas de ti. Hay mil temores, pero he de reconocer que no puedo dejar de sonreír al escuchar tu voz dulce, formal y solidaria. Tu deseo de SER persona y no uno más en el mundo.

Es raro. Hoy quiero escuchar todo de nuevo, releer, volver a recorrer lugares… son tan interesantes, encuentro tanto que había pasado desapercibido previo a que aparecieras, antes que despertaras tantos sentidos de mi alma. Es curioso como mis versos antes releídos ahora no signifiquen nada y de repente, simples palabras ignoradas, signifiquen tanto. Así eres, simple, pero completo, aceptas lo que tienes y luchas por seguir creciendo, pero no es obsesión, es un simple y sano deseo de cumplir tu misión.

No puedo decir otra cosa, aunque lo he repetido constantemente en estas líneas; te admiro, doy gracias a la vida por este encuentro, porque aún que nuestros caminos siguieran distantes, ya has cambiado el cristal de mi mirada. Ja, y yo que ni siquiera te buscaba.

(...)fragmento eliminado por las nuevas épocas.

No quiero que esto sea un sentimiento pasajero, no me es fácil, pero tú lo propicias con tanta maestría, que confío y tengo fe en que así será. Gracias.

No hay comentarios: