miércoles, 8 de abril de 2009

En la infinita soledad del viernes...Amigos

Hay un alguien que tengo certeza lee cada viernes mis soledades y algunas hasta las comparte. No me refería a ti, pero también sé que lo haces ajaja. Me refiero a ese que ES y que no se quiso salvar de las penurias de este mundo, aún siendo Dios.

No comparto los aniversarios luctuosos ni me gusta la idea de flagelarnos con motivo de los días santos; tiramos por la borda el sufrimiento de quien lo ofreció por nosotros, nuestro deber es VIVIR con la mayor felicidad posible. Lo que si comparto es el tiempo de reflexión, porque esto facilitará reconocer conductas equivocadas y sanar nuestra alma en miras de la felicidad.

Pues bien, Jesús llamó discípulos a los que lo siguieron; después les llamó amigos. Eso marcó una gran diferencia, ya era algo personal no “compañeros de trabajo” por llamarle de alguna forma.

Considero que la amistad es la mayor muestra de amor, porque esa, si es verdadera; se da de forma desinteresada, sin límites y por elección. Abres tu mundo a otra persona confiado en que estas a salvo.

Hablo de esto porque esta semana me hace pensar en Jesús humano, ese que no es distinto a mí, que su calidad divina no lo excluyó de sentir. Sentir con todo lo que esto implica; dolor y alegría, ilusión y desilusión…

Comparto un poco de mi Jesús humano:

Jesús entró a la multitud y lo aclamaban, a la semana los mismos que le aclamaron ya estaban gritando crucifícalo. No ha de ser una experiencia agradable, pero sabemos que en sociedad estamos expuestos a eso, no somos moneditas de oro y si los perros ladran será señal que vamos caminando.

No imagino que lo estén crucificando de manera real, sino una crucifixión de esas cotidianas que encontramos en nuestros días, cuando somos tachados o acusados de cualquier cosa sin que esto sea verdad o aunque lo sea, pero sentirnos defraudados por quienes decían querernos.

Bien, la sociedad lo rechaza, qué más da, no es esa la realidad y “sus amigos” están con él; algo se podrá hacer. Pero cuando es uno de ellos quien lo traiciona, otro lo niega y la mayoría salen corriendo… duele ¿no?

Pienso en ese dolor de Cristo, esa desilusión, sentimiento de defraudación… creo que esa fue la crucifixión de Cristo, no la cruz material, el dolor supongo, fue no contar con discípulos mucho menos con amigos. Y que no fue una, que se repite todos los días con más de una persona dentro de las cuales estamos incluidos, pues lo que hacemos con los otros lo hacemos a Él.

Siempre me he sabido afortunada de contar con AMIGOS, veo, con tristeza, a quienes lo más que llegan a tener son compañeros de aventuras, conocidos, personas con las que conviven de manera recurrente, pero yo tengo AMIGOS y me siento privilegiada, como que Dios me quiere de más, pero si.

Sé que el compartía esto, porque los llamó amigos y por ese versículo de Juan que no necesita decir más_ Juan 11 (35)_ “Jesús lloró” no tengo la certeza que sea el más corto en la biblia, pero es muy fuerte. Es todo lo que escribe el versículo, refiriéndose a la muerte de su amigo lázaro. 

El dolor del mundo le dolía, pero “llorar” sólo por su amigo.

Alguna vez leí ese versículo pero escenificado por alguna de mis amistades “lloró” ahí supe que me quería y supe que mi responsabilidad era grande.

Por eso cuando escucho este evangelio (el de judas que entrega a su amigo), siento la traición, lo que debió haber sentido Jesús. Que si sabía que esto iba a pasar y lo aceptaba, si, pero eso no quita el dolor y la tristeza de esperar otra respuesta.

Esa es mi preocupación, me preocupa ser Judas, ser Pedro… para Dios y para los míos, defraudar y desilusionar, que importa si te perdonan y si no te juzgan, peor aún, te ponen la otra mejilla y el dolor es mayor porque descubres la clase de persona que eres.

A judas le pasó, no soportó ver la clase de persona que era y prefirió morir, Pedro lloró y se arrepintió, pero eso en nada cambió las cosas, sólo fue capaz de enfrentar su error e intentar enmendarlo.

Eso deja estas soledades y esta semana santa, el deseo de no ser judas, de no ser Pedro, de no defraudar aquellos que apuestan por nosotros.

Sé que no es posible cumplir con todas las expectativas, que lastimosamente siempre causaremos dolor a quienes nos quieren, pero si es posible poner un poco más de atención a nuestras acciones y ser menos egoístas, pero sobre todo NO tener miedo.

Mira mis manos, escribieron cosas en la infinita soledad del vienes :D 8 de abril



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